martes, 3 de abril de 2012

Guitarra


Tendida en la madrugada,
la firme guitarra espera:
voz de profunda madera
desesperada.


Su clamorosa cintura,
en la que el pueblo suspira,
preñada de son, estira
la carne dura.

Arde la guitarra sola, 
mientras la luna se acaba;
arde libre de su esclava,
bata de cola.

Dejo al borracho en su coche,
dejo al cabaret sombrío,
donde se muere de frío,
noche tras noche,
y alzo la cabeza fina,
universal y cubana,
sin opio, ni mariguana,
ni cocaina.

¡venga la guitarra vieja,
nueva otra vez al castigo
con la que le espera el amigo,
que no la deja!

Alta siempre, no caída,
traiga su risa y su llanto,
clave las uñas de amianto
sobre la vida.

Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcohol la boca,
y en esa guitarra, toca 
tu son entero.

El son de querer maduro,
el del abierto futuro,
tu son entero;
el de pie sobre el muro,
tu son entero...

Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcohol la boca,
y en esa guitarra, toca 
tu son entero.

Nicolas Guillén.