Tantas veces !Adiós!
y vuelvo siempre.
Tanto abrazo final
y empiezo nuevamente.
Tanta aflicción fugaz
y río simplemente.
L. Zambrano
lunes, 31 de diciembre de 2007
Una vez en el Pacífico
Las aguas agitadas con gran fragor rompían.
Y las olas cimeras, al ver las que venían,
hacer algo querían a la costa cercana
que el mar jamás ha hecho a la tierra su hermana.
Bajas e hirsutas eran las nubes en el cielo,
como guedejas sobre unos ojos de anhelo.
Diríase, en verdad, sin poder dar razones,
que agradaba a la costa tener sus farallones,
y a éstos ser sostenidos por todo un continente.
Se acercaba una noche de tiniebla evidente,
y no sólo una noche, sino una época horrible.
Habría que aprestarse contra un furor posible,
pues vendría algo más que olas en algazara
cuando su último ¡Apáguese la luz! Dios decretara.
R. Frost
Y las olas cimeras, al ver las que venían,
hacer algo querían a la costa cercana
que el mar jamás ha hecho a la tierra su hermana.
Bajas e hirsutas eran las nubes en el cielo,
como guedejas sobre unos ojos de anhelo.
Diríase, en verdad, sin poder dar razones,
que agradaba a la costa tener sus farallones,
y a éstos ser sostenidos por todo un continente.
Se acercaba una noche de tiniebla evidente,
y no sólo una noche, sino una época horrible.
Habría que aprestarse contra un furor posible,
pues vendría algo más que olas en algazara
cuando su último ¡Apáguese la luz! Dios decretara.
R. Frost
El Hipopótamo
El hipopótamo de vientre enorme
suele vivir en selvas como Java,
y allí en el fondo de las cuevas hay
monstruos que no se pueden ni soñar.
La boa que se agita entre silbidos,
el tigre que tan bien sabe rugir,
el búfalo enfadado que resopla;
él sólo duerme o pace siempre en calma.
El kris y la azagaya no le asustan,
contempla al hombre sin darse a la huida,
se ríe del cipayo y de sus balas
que no hieren su piel y que rebotan.
Por eso yo soy como el hipopótamo;
me protege mi fuerte convicción,
armadura que me hace invulnerable,
y así por el desierto ando sin miedo.
T. Gautier
suele vivir en selvas como Java,
y allí en el fondo de las cuevas hay
monstruos que no se pueden ni soñar.
La boa que se agita entre silbidos,
el tigre que tan bien sabe rugir,
el búfalo enfadado que resopla;
él sólo duerme o pace siempre en calma.
El kris y la azagaya no le asustan,
contempla al hombre sin darse a la huida,
se ríe del cipayo y de sus balas
que no hieren su piel y que rebotan.
Por eso yo soy como el hipopótamo;
me protege mi fuerte convicción,
armadura que me hace invulnerable,
y así por el desierto ando sin miedo.
T. Gautier
Confesión
Sé que soy irritable, celoso, imperativo,
infeliz, exigente, que razones no escucho;
que siempre estoy buscándote querellas sin motivo;
¡y crees que no te quiero..y es que te quiero mucho!
Te busco, te regaño, y hago tu vida triste...
Serías más dichosa, por todos consentida,
si para mí no fueras cuanto en el mundo existe,
y si este amor no fuera todo el bien de mi vida.
¡Si tú me amaras, y si yo te amara,
cuánto te amaría!
P. Géraldy
infeliz, exigente, que razones no escucho;
que siempre estoy buscándote querellas sin motivo;
¡y crees que no te quiero..y es que te quiero mucho!
Te busco, te regaño, y hago tu vida triste...
Serías más dichosa, por todos consentida,
si para mí no fueras cuanto en el mundo existe,
y si este amor no fuera todo el bien de mi vida.
¡Si tú me amaras, y si yo te amara,
cuánto te amaría!
P. Géraldy
viernes, 28 de diciembre de 2007
Inscripción - Canto 3 de la Divina Comedia
Por mí se llega a la ciudad doliente.
Por mí se avanza hacia la eterna pena.
Por mí se va tras la perdida gente.
Dios al pecado señaló condena
y surgí entonces cual suprema alianza
del poder sumo y la justicia plena.
Y no existiendo en mí fin ni mudanza
nada me precedió sino Dios mismo.
Los que entrásteis perded toda esperanza
D. Alighieri
Por mí se avanza hacia la eterna pena.
Por mí se va tras la perdida gente.
Dios al pecado señaló condena
y surgí entonces cual suprema alianza
del poder sumo y la justicia plena.
Y no existiendo en mí fin ni mudanza
nada me precedió sino Dios mismo.
Los que entrásteis perded toda esperanza
D. Alighieri
jueves, 27 de diciembre de 2007
Fe
La tienes en tus brazos.
Duermes, y la sueñas,
y sabes que es un sueño
todo lo que ves de ella.
Y el corazón se te arranca,
tiembla de fe.
Solamente una cosa
que le propones
te da prenda
de que te querrá despierto.
Conoce que es un sueño
lo que le dices de ella,
pero que por debajo
del sueño, es ella
la que tienes en tus brazos.
G. Ferrater
Duermes, y la sueñas,
y sabes que es un sueño
todo lo que ves de ella.
Y el corazón se te arranca,
tiembla de fe.
Solamente una cosa
que le propones
te da prenda
de que te querrá despierto.
Conoce que es un sueño
lo que le dices de ella,
pero que por debajo
del sueño, es ella
la que tienes en tus brazos.
G. Ferrater
Del poeta a su estrella
Dirá alguien que un hombre
no debe exponer su amor
en la plaza pública.
Yo responderé que un hombre
no tiene nada mejor,
más puro y más digno
de ser perpetuado, que su amor...
L. Aragón.
no debe exponer su amor
en la plaza pública.
Yo responderé que un hombre
no tiene nada mejor,
más puro y más digno
de ser perpetuado, que su amor...
L. Aragón.
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