jueves, 5 de junio de 2008

El naufragio de los oceanos

Es en vano, esperar esos tiempos otra vez;
Es en vano seguir callando todo...
Es en vano aguardar que tus ojos me abracen de nuevo
y que tus olas se rompan aquí,
donde el océano ha naufragado
y un barco se llevo hasta la brisa...
y hasta tu risa.

Es extraño, abrazar esos días otra vez
y sentir como se apaga el mundo,
Es en vano aguardar que tu tacto me vuelva a envolver,
y que tu puesta de sol sea conmigo
en ese océano seco y salado,
y un horizonte que me oculta con prisa
tu pequeña sonrisa.

Es entonces que al fin pude ver
las estatuas de vidrio, de cera y de sal,
que traslucían, tus recuerdos de viajes en dunas,
la fracción de un segundo infinito,
de esa imagen de un gato sin luna,
ese vuelo del águila herida,
de una música, eterna locura,
de una madre y un padre amorosos,
una nube sacada de un pozo;
que me repetía, que los viejos susurros son otros,
que la lluvia ha secado hasta en polvo,
y ha extraviado ese beso en tus hombros,
que dejaron mis dedos de agosto,
que ha deshecho toda la esperanza,
de volver a encontrar tu llegada
y no repetir tu partida.

Es inútil amor... seguir fingiendo todo,
pues todo hoy es nada y es todo,
y a pesar de todo... te espero...

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