y que a menudo crepitan como fuego cogido de los rescoldos duros
del corazón - mis palabras, digo - las pongo con cuidado aquí,
en estos versos, como sin luz ni tiempo apenas, dudando casi;
… poco hay que ofrecer desde el don no habido,
desde esta aciaga intemperie de hombres que vamos con las manos en alto
y repletos de cegueras, preguntando sólo;
[una fragilidad pavorosa me toca cuando inquiero al alma qué he de dar
y el silencio aprieta y hace daño con su honda inteligencia, pura y desmedida]
... oh amigos, aunque tristes y pocas, traed y juntad mis palabras,
algún sueño podrá hacerse con ellas.
Orión de Panthoseas.
