Si guardo un recuerdo que nunca me dejará es éste que mi alma a veces suele cantar. Tenía diez años y un mundo por conquistar, la luna y mi barrio, humilde y lejos del mar.
Mi padre tenía las marcas de su niñez grabadas a fuego como un tatuaje en la piel. Ni besos, ni abrazos, tan duro como un cincel, subido a su andamio de noble testarudez.
Un día de aquellos de lluvia en Paso del Rey me trajo en sus brazos, envuelta con un papel, sonó la madera, misteriosa y ancestral. ¡Guitarra, guitarra! Mi padre me ha vuelto a amar.
Les cuento que nunca jamás me pude olvidar, su voz de tabaco cantó por única vez y toda la casa destilaba arena y sal, los pinos y el campo susurraban como el mar.
Este recuerdo sencillo se los quería contar porque a veces, cuando llueve, oigo a mi padre cantar.
Ella cuenta que contaron cuatro cuentos que contó Y describe con sus ojos todo lo que ella no vió Y detalla con sus manos todo cuanto no tocó Y se enrumba hacia los muros que ella en su niñez creó Si pudiera escribirle una historia a ese cuento que contó Ya no habría mas historias de las que te cuente yo Ella piensa que la vida hay que pelearla hasta el final Y que el mundo en un segundo no se puede terminar.
Ella me habla de colores que ningún pintor usó Que ojo alguno nunca vió Y sentada entre la arena cabalgando en un cuento Como velas en el mar.
Ella cuenta que le cuentan que contaron hasta dos Que la luna a decidido no dar mas su cara al sol Que su perro sin orejas un día saltó y voló Y del padre y sus consejos que en su tiempo no siguió Que la muerte cuenta cuentos y escuchó a la niña hablar Que su gran guaraña en mano la ha dejado muy atrás Que no le ha que es un mendigo que pasea en alta mar Que los sueños sueñan sueños que hasta yo quiero soñar.
Todo el tiempo lamentando Que la vida se les va Mientras ella va a pelear Y he sentido en mis sentidos Un sentido para estar Como juegos sobre el mar.
Los traidores a la vida ya dan vueltas al lugar En sus cientos de relojes que camina hacia atrás Las promesas prometidas que prometen algo mas La esperanza sigue viva aunque la quieran encerrar Fascinantes e indecisos se vieron alrededor Y te hicieron hacia un lado pues termina tu verdor Con engaños y piedra en manos se acercaron de dos en dos intentado robar sueños y el más seducido amor.
Y te llevaron por fuerza Hasta que estés bien quieta Y no sigas tu labor Y ahora pintas tus barrotes Con la esquina de este sol Un incendio abrasador Y sueño con rescatarte como un Cid campeador Que va en busca del honor Ir contigo y enfrentarnos a los mares y al galeón cabalgando sobre el mar…
Si el espejo me pudiera hablar. Si el retrato me pudiera cantar concédeme este baile. Si tus labios me pudieran nombrar. Si tu carta terminara de llegar. Pero mi tiempo nunca será propicio para danzar.
Dios mío, estoy llorando el ser que vivo; me pesa haber tomádote tu pan; pero este pobre barro pensativo no es costra fermentada en tu costado: ¡tú no tienes Marías que se van!
Dios mío, si tú hubieras sido hombre, hoy supieras ser Dios; pero tú, que estuviste siempre bien, no sientes nada de tu creación. ¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!
Hoy que en mis ojos brujos hay candelas, como en un condenado, Dios mío, prenderás todas tus velas, y jugaremos con el viejo dado. Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte del universo todo, surgirán las ojeras de la Muerte, como dos ases fúnebres de lodo.
Dios míos, y esta noche sorda, obscura, ya no podrás jugar, porque la Tierra es un dado roído y ya redondo a fuerza de rodar a la aventura, que no puede parar sino en un hueco, en el hueco de inmensa sepultura.
Los que auscultaron el corazón de la noche, los que por el insomnio tenaz han oído el cerrar de una puerta, el resonar de un coche lejano, un eco vago, un ligero rüido...
En los instantes del silencio misterioso, cuando surgen de su prisión los olvidados, en la hora de los muertos, en la hora del reposo, sabrán leer estos versos de amargor impregnados...
Como en un vaso vierto en ellos mis dolores de lejanos recuerdos y desgracias funestas, y las tristes nostalgias de mi alma, ebria de flores, y el duelo de mi corazón, triste de fiestas.
y el pesar de no ser lo que yo hubiera sido, la pérdida del reino que estaba para mí, el pensar que un instante pude no haber nacido, ¡y el sueño que es mi vida desde que yo nací!
Todo esto viene en medio del silencio profundo en que la noche envuelve la terrena ilusión, y siento como un eco del corazón del mundo que penetra y conmueve mi propio corazón.
Bonjour, buon giorno, guten morgen despabílate amor y toma nota sólo en el tercer mundo mueren cuarenta mil niños por día en el plácido cielo despejado flotan los bombarderos y los buitres cuatro millones tienen sida la codicia depila la amazonía.
Buenos días, good morning despabílate en los ordenadores de la abuela onu no caben más cadáveres de Ruanda los fundamentalistas degüellan a extranjeros predica el Papa contra los condones Havelange estrangula a maradona.
bonjour monsieur le maire forza italia, buon giorno guten morgen ernst junger opus dei buenos días good morning hiroshima.