Lejos, pero mi Musa al fin y al cabo, que nunca espero dejar y que espero nunca perder...
Bonito el color del pelo de esta señorita, bonito el olor
a abeja de su zumbido, bonita la calle,
bonitos los pies de lujo bajo los dos
zapatos áureos, bonito el maquillaje
de las pestañas a las uñas, lo fluvial
de sus arterias espléndidas, bonita la physis
y la metaphysis de la ondulación, bonito el metro
setenta de la armazón, bonito el pacto
entre hueso y piel, bonito el volumen
de la madre que la urdió flexible y la
durmió esos nueve meses, bonito el ocio
animal que anda en ella.
Gonzalo Rojas
3 comentarios:
Las musas siempre son centro de inspiracion, me gusto eso de nunca espero dejar y nunca espero perder... hay que cuidarlas entonces!!
precioso!!!!
que sería de la vida sin musas!
Saludos!!
Sin musas, que sería de nosotros... quizás unos ególatras incapaces de amar.
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