lunes, 14 de febrero de 2011

Orquídea en el gentío

Lejos, pero mi Musa al fin y al cabo, que nunca espero dejar y que espero nunca perder...




Bonito el color del pelo de esta señorita, bonito el olor
a abeja de su zumbido, bonita la calle,
bonitos los pies de lujo bajo los dos
zapatos áureos, bonito el maquillaje
de las pestañas a las uñas, lo fluvial
de sus arterias espléndidas, bonita la physis
y la metaphysis de la ondulación, bonito el metro
setenta de la armazón, bonito el pacto
entre hueso y piel, bonito el volumen
de la madre que la urdió flexible y la
durmió esos nueve meses, bonito el ocio
animal que anda en ella.



Gonzalo Rojas

3 comentarios:

V de Tierra dijo...

Las musas siempre son centro de inspiracion, me gusto eso de nunca espero dejar y nunca espero perder... hay que cuidarlas entonces!!

mansi nishi dijo...

precioso!!!!
que sería de la vida sin musas!

Saludos!!

Sid dijo...

Sin musas, que sería de nosotros... quizás unos ególatras incapaces de amar.