Ahora que invade las nubladas mentes más áspera piedad de la sangre y la tierra, ahora que nos mide a cada pálpito el silencio de tanta injusta muerte,
ahora que despierta el ángel del pobre, gentileza del alma, pervivida...
Con el gesto inextinguible de los siglos baje a la cabecera de su viejo pueblo en medio de las sombras...