Ahora que invade las nubladas mentes
más áspera piedad de la sangre y la tierra,
ahora que nos mide a cada pálpito
el silencio de tanta injusta muerte,
ahora que despierta el ángel del pobre,
gentileza del alma, pervivida...
Con el gesto inextinguible de los siglos
baje a la cabecera de su viejo pueblo
en medio de las sombras...
Giuseppe Ungaretti
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