El alma del poeta danza y delira sobre la ola de la vida,
entre el clamor de vientos y mareas.
Y cuando el sol esconde su frente
y el cielo entristecido cae sobre el mar
como los párpados sobre los ojos fatigados,
el poeta, dejando su pluma
y con la cabeza en la mano,
deja huir su pensamiento hacia el abismo del silencio,
hacia la niebla del eterno secreto.
Rabindranath Tagore
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