domingo, 1 de noviembre de 2009

Efimeras



Idos, dulces ruiseñores.
Quedó la selva callada,
y a su ventana, entre flores,
no sale mi enamorada.

Notas, salid de puntillas;
está la niñita enferma...
Mientras duerme en mis rodillas,
dejad, ¡oh notas!, que duerma.

Luna, que en marco de plata
su rostro copiabas antes,
si hoy tu cristal lo retrata
sacas, luna, la espantes.

Al pie de su lecho queda
y aguarda a que buena esté,
coqueto escarpín de seda
que oprimes su blanco pie.

Guarda tu perfume, rosa,
guarda tus rayos, lucero,
para decir a mi hermosa,
cuando sane que la quiero.

Manuel Gutiérrez Nájera

2 comentarios:

cantares dijo...

Acudo a tu blog y cada entrada es una grata sorpresa. Magnífico blog, agradable jardín.

Sid dijo...

Gracias amigo por venir a darte una vuelta por aqui, ojala pudiera escribir como tu.

Sid.