jueves, 19 de noviembre de 2009

Para un niño enfermo



En la casa paterna
tú rondabas silencioso
como un gato.

Sabías el nombre, pero
no la realidad del dolor.
Separado de tus compañeros
en tus mejillas afiladas
palidecían las rosas.

Nacido de mi alma,
flor de la vida,
niño amigo.
Es tuya esta última
lágrima mía
que no puedes ver.

Umberto Saba

3 comentarios:

Aioria90 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Aioria90 dijo...

Triste pero lindo!

bryan dijo...

Muy bonito.

se ve que viene del corazon...