domingo, 9 de diciembre de 2007

LOS MUERTOS ESTAN EBRIOS...

Los muertos están ebrios de lluvia antigua y sucia
allá en el cementerio extraño de Lofoten.
El reloj del deshielo tabletea lejano
entre los ataúdes sórdidos de Lofoten.

Y gracias a las fosas que el entretiempo ahueca,
con fría carne humana los cuervos se han cebado,
y gracias al delgado viento con voz de niño,
dulce para los muertos es el sumo en Lofoten.

Ya no veré jamas, jamas sin duda,
ni la mar ni las tumbas de Lofoten,
y sin embargo hay algo en mí que me hace amar
ese rincón extremo y toda su congoja.

Suicidas, alejados y desaparecidos
del cementerio extraño de Lofoten
-¡que raro y dulce suena su nombre a mi oído!
-decidme si es verdad que allí,que allí dormís.

Bien podrías contarme cosas más ocurrentes,´
clarete que rebasas en mi copa de plata;
historias más amables o menos alocadas
y dejarme tranquilo con tu eterno Lofoten.

Que está habiendo buen tiempo y suave se desliza
en el hogar la voz del mes más melancólico.´
¡Ah, los muertos, los muertos, aun los de Lofoten;
los muertos, en el fondo, lo están menos que yo...!

MILOZ

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