miércoles, 24 de septiembre de 2008

Empatia

Ser
el delicado lienzo
de la piel,
la envoltura dialogal
sin estructura estable.

Decir.

Un gesto de autosalvación,
el comienzo en los extremos
de una caja negra
para sitiar la imposibilidad.

Descubrir la palabra
y la caricia
sin hundir en la sed los dedos.
La cercanía medida
antes de invadir el misterio
o permitirlo.

Ser el encuentro,
la coincidencia.
Y aunque
no se entienda,
a veces
irse,
callarse
y entregar ese último regalo,

un vaso

que solo sirva
para mirar la luz.


Cintia Rojas.

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