Creí que mi último viaje tocaba ya a su fin,
gastado todo mi poder;
que mi sendero estaba ya cerrado,
que había ya consumido todas mis provisiones,
que era el momento de guarecerme en la silenciosa oscuridad.
Pero he visto que tu voluntad no se acaba nunca en mí.
Y cuando las palabras viejas se caen secas de mi lengua,
nuevas melodías estallan en mi corazón;
y donde las veredas antiguas se borran,
aparece otra tierra maravillosa.
Rabindranath Tagore
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