miércoles, 7 de noviembre de 2007

Demonios - Lilith


Lilit es una figura legendaria de la mitología (o del folclore) judío: la primera esposa de Adán, anterior a Eva, y como un demonio que raptaba a los niños en sus cunas por la noche, madre de los súcubos. Se la representa con el aspecto de mujer muy hermosa, con el pelo largo y rizado, generalmente pelirroja, y a veces alada.

Podría ser una interpretación metafórica sobre la existencia del primer grupo de nuevos humanos Homo sapiens sapiens, que la leyenda nombra como Adán y Eva, pero que en realidad era un colectivo. Lilit sería un demonio nocturno mesopotámico con tendencia a asesinar niños.

Se considera que existe una conexión entre Lilit e Inanna, la diosa sumeria de la guerra y el placer sexual.

También podría estar relacionada con el mito griego de Lamia, una reina libia que mantuvo relaciones con Zeus; después de que Zeus la abandonara, Hera robó sus hijos, por lo que ella se vengó robando los hijos de otras mujeres.

Lilit en la mitología mesopotámica

Su nombre original en acadio es Lilitu, que proviene de la palabra lil, que significa ‘viento’, ‘aire’ o ‘espíritu’. En la mitología acadia pertenece a la misma clase de demonios que Lilu, Ardat Lili e Idlu Lili. Su traducción al hebreo como לילית posiblemente dio origen a una confusión de términos, pues ליל en hebreo significa ‘noche’ en vez de ‘aire’. Sólo se han encontrado breves referencias de ella en el libro de Isaías y en la tradición talmúdica, son las que han llegado hasta nuestros tiempos.

Lilit en la mitología hebrea

Lilit en la Biblia
La única mención expresa en el Antiguo Testamento de dicha criatura aparece en Isaías 34:14: ופגשו ציים את־איים ושעיר על־רעהו יקרא אך־שם הרגיעה לילית ומצאה לה מנוח׃ Que es traducida en la versión de la Biblia de Jerusalén como: «Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso». Compárese con otras traducciones, como la de de Nácar-Colunga, donde Lilit (לילית) se traduce por Lamia: «Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará a su compañero: la lamia también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo». Otras versiones, en fin, traducen el término como ‘criatura nocturna’ o ‘lechuza’.

La leyenda de Lilit
El origen de la leyenda hebrea de Lilit como primera mujer de Adán proviene de una interpretación de Génesis 1, 27. Antes de explicar que el Dios Yahvé dio a Adán una esposa llamada Eva a partir de su costilla, el texto dice: «Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo Creó; hombre y mujer los creó». Si bien esto puede ser debido a que el Génesis explica dos veces la creación del hombre (la segunda en Génesis 2:4-25). En cualquier caso, la presencia de Lilit en la mitología hebrea se demuestra por la tradición judía de poner un amuleto alrededor del cuello de los niños recién nacidos, con el nombre de tres ángeles que los protegen de las lilim, hijas mitológicas de Lilit y Adán y súcubos asesinos de niños.

Según el Génesis 1, 26-28, Dios creó al hombre y a la mujer a su propia imagen el sexto día, dándoles el dominio del mundo. Pero el Génesis Rabba, midrás sobre el libro del Génesis, recopilado en el siglo V en Palestina (según la edición crítica de J. Theodor y H. Albeck), señala que Eva no existía todavía. Entonces el dios Yahvéh había dispuesto que Adán diese nombre a todas las bestias, aves y otros seres vivientes. Cuando desfilaron ante él en parejas, macho y hembra, Adán —que ya era un hombre de veinte años— sintió celos de su amor, y aunque copuló con cada hembra por turnos, no encontró satisfacción en el acto. Por ello exclamó: «¡Todas las criaturas tienen la pareja apropiada, menos yo!», y rogó al Dios que remediara esa injusticia.

Según el Yalqut Reubeni (colección de comentarios cabalísticos acerca del Pentateuco, recopilada por R. Reuben ben Hoshke Cohen (muerto en 1673) en Praga:

Yahvéh formó entonces a Lilit, la primera mujer, del mismo modo que había formado a Adán, aunque en lugar de polvo puro utilizó excremento y sedimentos. De la unión de Adán con este demonio-hembra, y con otra parecida llamado Naamá, hermana de Túbal Caín, nacieron Asmodeo e innumerables demonios que todavía atormentan a la humanidad. Muchas generaciones después, Lilit y Naamá se presentaron ante el tribunal de Salomón disfrazadas como rameras de Jerusalén.

Adán y Lilit nunca hallaron armonía juntos, pues cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura acostada que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual»- Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit, encolerizada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó. Saliendo del Edén fue a dar a las orillas del Mar Rojo (hogar de muchos demonios). Allí se entregó a la lujuria con éstos, dando a luz a los lilim, que eran seres cubiertos de pelos. Cuando tres ángeles de Dios fueron a buscarla, ella se negó aduciendo que era una pecadora. Por lo cual le fueron muertos cien hijos al día. Desde entonces las tradiciones judías medievales dicen que ella mata a todo niño menor de ocho días (incircunciso aún). También se dice que Lilit, una vez fue encontrada por el desterrado Arcángel Samael posteriormente denominado Satanás, bajo a los infiernos y allí fueron pareja.

Otras leyendas

Otras leyendas apuntan a que Yahvé creó a Adán y Lilit como un andrógino unidos por la espalda. Más tarde los separó y ocurrieron los hechos explicados anteriormente.

Se le ha encontrado cierta semejanza a Lilith con las Xanas (Janas: Dianas) astures y las lamias del folklore vasco, aquellos seres similares a las hadas, a las ninfas y a criaturas de la Naturaleza semejantes, servidoras y a veces representantes de la propia Diosa Mari (la Gran Madre y también la Madre Tierra), que castigan y premian a los humanos (uno de sus regalos favoritos es la posibilidad de transmutar el carbón o paja de sus favorecidos en oro); que habitan en montañas, cavernas, cuevas y oquedades diversas, así como en manantiales y fuentes; y que a menudo aparecen hilando o alisando su largo cabello con unos peines de oro que semejan la media luna, o recorren los cielos, aureolada su cabeza con el blanco resplandor de la luna llena, o bien cruzan el firmamento portando una hoz de oro mientras arrastran consigo las tempestades y se envuelven en unas lenguas de fuego que desdibujan y afilan sus miembros inferiores.

Además, se ha equiparado a Lilith con seres semejantes a las ondinas o a las nereidas, imaginándosela entonces con la parte inferior de su cuerpo correspondiendo a un animal acuático, tanto un pez como una serpiente marina.

Se la ha asociado, aun, con serpentinas figuras infernales de torso humano similares a la Equidna griega o a otras habitantes del mundo inferior (la mansión de los muertos, el inframundo y también el inconsciente) como Hécate, por ejemplo, provocadoras de pesadillas, portadoras de terrores nocturnos, generadoras de espanto y relacionadas con los vínculos que se ansían pero que aprisionan, con la fuente del deseo, con la fuerza de las pulsiones, con la intensidad de los motivos humanos íntimos que instan a su satisfacción y que pueden llegar a ser destructivos. (Resaltemos aquí el hecho de que, entre su mucha descendencia monstruosa, como el Can Cerbero, guardián del Hades, Equidna fue la madre del buitre que ha de devorar por toda la eternidad las entrañas de Prometeo encadenado al Cáucaso).

Hay que señalar que Lilith en algunos aspectos está vinculada con todas las Diosas Madres que conllevan un matiz de oscuridad, que reinan sobre los elementos (riquezas incluidas) del mundo subterráneo y que se relacionan con el aspecto vida y muerte de las cosas. Son cuna y sepulcro, principio y fin.

Por último, no olvidemos que Lilith es representada popularmente como una seductora mujer, sin más vestido que su propia piel, provista de abundante pelo rizado (rojo por más señas) que se extiende como un manto a su alrededor; y que tiene por costumbre sentarse sobre la concavidad de la media luna. Se trata de la luna oscura, que aparece visible al tercer día de la luna nueva en el horizonte oeste, mostrando una breve franja de luz arqueada, permitiéndonos contemplar las sombras que envuelven al resto de la esfera.

Influencia cultural

Lilith es usada en la serie japonesa Neon Genesis Evangelion donde ella es el comienzo de la vida tras llevarse a cabo la voluntad de Dios. Los humanos por naturaleza se rehusan a seguir su destino de muerte asi que capturan a Lilith.

La figura y leyenda de Lilit y sobre todo su rebelión hacia Adán ha llevado a algunas feministas (feminismo radical, feminismo anarquista, etc.) a ubicarla como un símbolo de la liberación sexual y de la lucha contra el patriarcado, así como de la mujer orgullosa y altiva.
En un aspecto que se aproxima a lo mitológico, es por algunos considera la primera vampiresa y por eso admirada por la subcultura goth y el vampirismo, exaltando características similares a aquellas que valoran las feministas.
El escritor C.S. Lewis en sus novelas Las Crónicas de Narnia menciona que la malvada reina Jadis del reino de Charn desciende de Adán y Lilit. Como se puede ver en el libro El león, la bruja y el ropero, en su capitulo 8:
— "A ella le gustaría que lo creyeramos —respondió él—, y en eso basa su pretensión de ser reina. Pero no es hija de Eva. Desciende de la primera esposa de vuestro padre Adán —aquí el señor castor realizó una inclinación de cabeza—, aquella a la que llamaban Lilith, y que pertenecía a la raza de los genios. De ahí es de donde proviene ella por una parte, y por la otra, de los gigantes. No, no, no existe ni una gota de sangre humana en la bruja.— Por eso es mala de los pies a la cabeza, señor castor —corroboró su esposa."

2 comentarios:

jaime dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cruz G, S. dijo...

Muchas Gracias por este artículo estuvo muy interesante.